miércoles, 17 de octubre de 2012

Y de nuevo estoy aquí. 
Tan hundida en este pozo de negrura que ya no recuerdo lo que era vivir al sol. 
Momentos fugaces de felicidad rozan mi cara en un suspiro triste de lo que no ha sido y nunca será. 
Los sueños que un día me parecieron brillantes y nuevos hoy resultan gastados y opacos. 
Nada ni nadie consigue endulzar mi vida, por muchos kilos de sacarosa que le vierta en la diminuta taza...
El silencio y la tristeza, cogidos de la mano, me cuidan como padres amorosos a una criatura que han logrado hacer suya.
Mi vida se reduce a un continuo llanto en fa menor, un hastío completo e interminable, enmascarado bajo cientos de mentiras que tejo y entretejo en mi ambiente para disimular lo perdida, hundida y sola que me siento. 
Pero ni aún así logro llegar a ningún puerto. 
Y así, poco a poco, alejo a las personas que me quieren que, hartas de oír cientos de versiones del mismo momento, deciden que no quieren seguir dejando que les mienta, y tiran la toalla que usaban para tratar de secar mis lágrimas. 
Poco a poco, paulatinamente más sola, paulatinamente más fría, paulatinamente más hundida. 
Ya nadie puede hacerme salir de aquí. 
Ni yo misma soy capaz...

Una niña con cuerpo de mujer y espíritu de anciana...

martes, 16 de octubre de 2012

Llevo semanas de retraso...
Muchos días en los que mi llanto, o mi cansancio de este cochino mundo que te separa de mí me ha impedido escribirte la última carta que te debía...
Quizás fue que no estaba preparada para aceptar que no vas a volver aunque ahora mismo estés leyendo estas palabras en mi cabeza, antes incluso de que hayan visto la luz.
Sé que te gustaba la poesía, que te gustaba pensar en versos, esconder sentimientos y anhelos en ellos, y las discusiones que teníamos al respecto sobre si la poesía o la prosa era la forma de expresión que más se acercaba a los sentimientos y las realidades de las personas...
Recuerdo cada una de las absurdas discusiones que tuvimos en los últimos tiempos, y me sigo sintiendo culpable de que te fueras sola, sin sentir un último abrazo, un último beso, un último adiós.
Se que no tiene sentido pensar y llorar por aquello que pudo ser, porque tal y como han ido las cosas es como están escritas en el libro de la vida, que se publica en el mismo instante en que se escribe...
Y hoy, cuando tu última compañera se ha vuelto a hacer presente en mi vida, llevándose con ella a otra persona, hoy ha sido cuando me he dado cuenta de que ya era hora de decirte adiós y entender que estás conmigo aunque no pueda verte.
Que me cuidarás desde donde estás, y que estarás velando por mi, por todos nosotros, desde donde te encuentras.
Se que nos recuerdas, que has estado con nosotros todo lo que has podido y que lo seguirás estando aunque parezca que ya no sea así.
Y se, que si cierro los ojos y abro el alma, te notaré cerca, con tu mano sobre la mía, sonriendo sin enseñar los dientes de arriba, como siempre hacías, riéndote de cualquier cosa, y diciendo ese "La reina de s'aguela" con el que te gustaba saludarme.
Me arrepiento de tantas cosas, abuela...
Me arrepiento de que te fueras, de que te fueras sola, de no haberte mimado más el tiempo que estuviste aquí, que siempre fuera tan lejana, que fueras tu la que siempre viniera a buscarme cuando yo me separaba y me alejaba de todo y de todos...
Lo siento mucho, muchísimo.
Se que me perdonas, pero la pregunta ahora es si yo seré capaz de hacer lo propio...
Te noto tan lejos...



"Se non è freddo adesso quello che sento..."