martes, 14 de diciembre de 2010

Ahora, mi vida está encauzada.
Sé a dónde quiero ir, hacia donde debo andar, cuál es mi objetivo.
Se han perdido los falsos profetas, las señales contradictorias, las devociones obligadas.
Hago lo que quiero, lo que debo y lo que puedo. Y por fin empieza a ser suficiente.
Estoy tan contenta que recuerdo aquel relato corto y tonto que escribí hace tanto tiempo que ya no recuerdo ni cuándo.

Caminaba lentamente, deslizándose entre las baldosas de las frías y solitarias calles, sintiendo como cada pequeña gota de lluvia que caía de las nubes rozaba su cara, su pelo, sus ropas, y sintiendo, más que nunca que ella formaba parte de cada una de esas gotas.
Sonreía, pero no era feliz.
Después de tantos años había logrado encontrar la paz y la quietud que impedían llegar al dolor.
Pero también sabía que era una tregua temporal, algo que no podía durar.
Levantó la vista vio dos de las grises nubes que descargaban su llanto sobre la ciudad.
Y entre ellas, una gigantesca luna blanca y pura, que parecía tan cercana que podía alargar la mano y tocarla.
Sintió deseos de aullarle, contarle todos sus deseos, sus anhelos, sus llantos y sus penas.
Pero una vez más, el decoro frenó sus instintos y allí se quedó.
Quieta.
Fría.
Mojada.
Mirando a la luna y tratando de decirle todo lo que sentía con solo una mirada.
Cerró los ojos y las imágenes fundieron a negro...

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Sintiéndome bogavante.

Viendo como las piezas del puzzle comienzan a encajar.
Sintiéndome bogavante.
Buscando dentro dentro de mí misma aquella niña que era lo que quería ser y no se contentaba con menos.
Contando los besos que me faltan para encontrarte.
Siguiendo tantas historias diferentes que me hacen perder la conciencia y el sentido de la realidad.
Yo ya no tengo ganas de seguir pegandome con una pared de ladrillos y cambiando para que nada sirva de ayuda...

lunes, 15 de noviembre de 2010

¿Sexo?

Acción que proporciona diversión, placer o descanso, ajena a otros fines productivos, competitivos o de trabajo.
¿Sexo?
No, recreación.
Derrochando un tiempo del que carezco.
Volando sobre un cielo encapotado que impide ver las estrellas y la luna dibujándose con su luz sobre el oscuro universo.
Una niña sentada en medio de una habitación, tratando de hablar con una anciana que la acuna.
Y entre ellas, una muchacha de unos veinte años y una mujer de unos cuarenta.
Es el consejo de sabias.
Entre todas, tratan de encontrar la solución a todos los problemas que las acosan.
Pero lamentablemente, no estan solas para decidir. Todos sus parientes tienen una opinión que darles.
Y el consejo de sabias está indeciso.
La niña dice que vuelva a su hogar, al calor de su padre que la quiere.
La jóven ve ante sí todo su futuro y vota por correr hacia él, librando las batallas que hagan falta hasta lograr su objetivo: la felicidad.
La mujer adulta trata de proponer mirar hacia delante, pero despacio, sin prisa, dando los rodeos necesarios para no herir a nadie en el camino, asegurándose de cada paso antes de dar el siguiente.
La anciana por su parte mantiene silencio y sus ojos viajan de una a la otra, tratando de calibrar quién tiene la razón.
Y entre sus razonamientos se intercalan pensamientos y ideas de aquellos que la rodean.
Vete.
No te alejes.
Vuelve.
No te vayas.
Ven.
No te quedes.
Quédate.
Ya no sé a donde ir, mi aquelarre no consigue descifrar el significado de las runas...
Hoy hace once días que mi hermana me tiró de casa bajo el pretexto de que no aguantaba que yo estuviera más gorda de lo que la moda dictamina.
Increíblemente, no hecho de menos a mi familia ni el calor del hogar.
Tengo la suerte de contar con gente que me quiere y me respeta a mi alrededor.
En estos once días he vivido en El Perelló, me he acostumbrado a su lentitud, a su sosiego, a la imperciptibilidad del tiempo.
Nadie hace algo que no quiere, nadie sonrie y saluda si no sienten que deben hacerlo.
Yo, sin embargo, me he visto ahogada por la prisa y los agobios propios de la gran ciudad de Valencia, y semiobligada a volver a su seno lleno de humo y prisas aún con riesgo de que la cuidad continuara su imparable crecimiento y expansión por mi piel, mi pecho y mi alma.
Y aún a sabiendas de que era una mala opción, me he arriesgado a volver a pisar sus asfaltadas aceras.
Pero ésto no me ha echo bajar la cabeza, ni mirar al suelo.
Y no soy una carga para nadie.
Comparto las tareas de la casa, ayudo a mis primos en todo aquello que necesitan o quieren, trato de ser una hermana para ellos, sin la presión de ser su madre, porque mi tía sí que viene a tiempo de ayudar a sus hijos con los deberes.
Tampoco planeo quedarme aquí eternamente.
Ni en casa de mi abuela.
Voy a buscarme un trabajo. Cobraré poco y trabajaré mucho, pero ahorrando poco a poco, conseguiré pagarme un alquiler a medias con algunos otros estudiantes.
Necesitaré tiempo y ayuda, pero no pienso dejar que el gris que envuelve las mañanas de la gran ciudad contagie con sus presagios mi alma aventurera.
¿Y podeis imaginar una aventura mayor que la de vivir?
Una sonrisa.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Se aceptan sugerencias...

Lágrimas que se asoman a mis párpados, que se dejan caer con lentitud...
Pero tan apáticas que no llegan a deslizarse hasta las comisuras de mis labios, que no llegan a precipitarse al vacío desde mi mandíbula.
Lágrimas ácidas que tratan de limpiar el rechazo y la traición que me tiraste a la cara la última vez que hablamos.
Repetir mis errores una y otra vez, sin avanzar, sin mejorar, sin intentar crecer.
Simplemente pasando un día junto al otro, dejando que las fechas vayan cambiando: 23, 24, 25, 26, 27, 28...
Así hasta que termine el mes, y entonces, vuelta a empezar.
Ya no tengo ganas de seguir intentando pensar que la gente es buena, que está equivocada.
Que nadie hace daño solo por hacerlo.
Que simplemente no piensan en la otra persona cuando dejan volar sus instintos.
" - He perdido la fe en el mundo, maestro.
- Eso es porque has perdido la fe en ti mismo. Y hasta que no soluciones eso, nada va a cambiar."
Y sigo buscando la raíz de mis problemas en el fondo de una cerveza, entre las patatas de una hamburguesa, en el calor de un sofá, entre las imágenes de un televisor o entre, los pixels de una pantalla.
Y se que va en contra mía, que no saco nada en claro con ésto, que solo conseguirá hundirme más.
Pero es la rutina.
Nos conocemos.
Charlamos.
Hay algo, una chispa, algo que nos une.
Empezamos a descubrir al otro.
Empezamos algo.
Te arrepientes, te asustas, aparece otra.
Te vas.
Me duele.
Lloro.
Llamo a Lisa.
Trata de consolarme.
Bebemos juntas.
Vuelvo a casa más tranquila.
Me escondo en los libros, la comida, el portátil, la tele o la bebida, muchas veces en todos ellos.
Me siento fea y gorda, incapaz de parecer atractiva a nadie.
Me pongo una película romántica y lloro todos mis traumas.
Y entonces levanto cabeza.
Odio esa puta rutina que me mantiene en vilo durante al menos un mes.
No quiero ser tan predecible, tan dolorosamente vulnerable, tan necesitada de sentirme querida.
Pero así soy.
¿Cómo cambiarlo? Ni idea.
Se aceptan sugerencias.

lunes, 25 de octubre de 2010

Fantasmas del pasado...

Fantasmas del pasado.
Fantasmas del presente.
Fantasmas del futuro...
El mundo entero lleno de imagenes opacas y distorsionadas que recuerdan tiempos pasados y mejores.
Imagenes que perfilan realidades paralelas, algunas que no ocurrirán jamás, otras que tal vez ocurran. Parece como si todas las realidades posibles en el universo se hubieran superpuesto unas a otras y aparecieran retazos del llamado "Qué hubiera pasado si..."
Otras imagenes que dibujan sueños, presentes por llegar, desvaríos de una mente soñadora.
Fantasmas que corren tras de tí.
Que juegan contigo, que te abrazan, que te besan, que te tiran del pelo.
Que te escupen, que te golpean, que te hacen daño con sus palabras.
Y yo, como en Efecto Mariposa, trato de arreglar los futuros desastres para lograr un presente mejor, uno en los que mis seres queridos no caigan destruídos por las Parcas o por sus propios actos.
Trato de ser el punto medio, el 7 en la escala de pH, el bicarbonato en las reacciones, capaz de neutralizar tanto a ácidos como a bases.
Pero es difícil.
Mucho.
Pero como siempre, OpitimiXta, con X de Mixta.
¿Rendirse sin luchar?
No es mi estilo, gracias.
Prefiero deleitarme de una buena pelea mientras hago levantamiento de vidrio en barra fija...
Todo un deporte, sí señor.
Ya se sabe, las raíces cúbicas... son siempre divertidas.

viernes, 22 de octubre de 2010

Vale, y ahora que?

¿Y ahora que?
Se supone que tengo todo lo que pedía hace unos meses.
Tengo un novio.
Tengo amigos.
Tengo cervezas de fin de semana.
Tengo dinero.
Tengo a mi familia.
Aún me queda tabaco de hace dos semanas.
Y aún quiero más.
Quiero que mi novio se deje caer por mi casa.
Quiero que mis amigos me necesiten tanto como yo les necesito a ellos.
Quiero que las cervezas de fin de semana sean una de cerveza y tres de risas, en vez de tres de cerveza y una de risas.
Quiero tener el dinero que me permita no tener que preocuparme por él.
Quiero que mi familia se preocupe de qué me ha pasado, de dónde vengo, qué tal me ha ido el día...
Quiero mi paquete de la vida entero, hasta rebosar, que no quepa un suspiro.
Me parece que no soy objetiva. Que soy demasiado egoísta.
Que no soy capaz de preocuparme del estado de las vidas de los demás.
Que nunca llegaré a estar satisfecha con lo que tengo.
"Nada más empezar la partida, he perdido las ganas..."
Es cierto, joder, es increíblemente cierto.
Tengo veinte años, acabo de empezar mi vida, y ya me siento como si el mundo no pudiera sorprenderme.
Como si ya lo hubiera visto todo, como si nada más pudiera hacerme levantar una ceja.
Violaciones, embarazos no deseados, abortos, drogadicción, accidentes de tráfico, novios, novias, infidelidades, amigos, amigas, desengaños, dolor, pena, rabia.
Nada me extraña.
Mi vida es un maldito culebrón, que no para, no descansa y lleva casi ocho años haciendome girar sobre mi eje como una peonza.
Muchas veces me dan ganas de repetir los errores del pasado, sólo para darle emoción a mi vida, que se presenta monótona a llamar a mi puerta.
Pasa, mujer, pasa, no te quedes en la puerta...
¿Y ahora qué?
Esa moto que oigo en la calle debe de ser la de mi padre... Será mejor que prepare la cena, tendrá hambre...

viernes, 15 de octubre de 2010

- ¿Qué estoy haciendo?
- Hija, si tu no lo sabes...
- No te pongas chula. Eres mi conciencia se supone que tienes que ayudarme, no hundirme más.
- Ya bueno, también se supone que debes estar arreglando la casa, llamando a la universidad para avisarles de que te han cobrado de más, estar en clase, estar vestida... Y nada de nada. Así que no me reproches nada.
- Imbécil.
- Yo también te quiero.
- Me refería que si sabías que estoy haciendo con Rubén.
- Si, el idiota.
- Joder, nano, ¿No me puedes echar una mano?
- ¿Qué quieres que te diga? Tú ya sabes que no estás enamorada de él. Basta con que te des cuenta cómo te derrites cada vez que Eduardo te mira con esos enormes ojos azules que tiene.
- Ya, pero es tan fácil dejarse querer...
- Cariño, el amor fácil no es amor, es cariño, lujuria, ternura... Pero no amor. El amor no lo frena nada, es la necesidad de ver al otro, de sentirse cerca de él, de querer tener la misma piel, de compartir todo.
- Ya...
- Y sabes tan bien como yo que eso con Rubén no pasa. Tienes que pensar qué decirle, hay silencios intensos entre vosotros, no estás enamorada de él.
- Pero quizás se arregle con el tiempo. Quizás no nos conocemos lo suficiente.
- Quizás. Pero en todo caso no deberías empezar una relación con alguien sin conocerlo de verdad, sin quererlo.
- Pero...
- Lo sé. No eres tan fuerte. Llevas mucho tiempo sola. Necesitas sentirte querida. Lo sé. Pero eres más fuerte de lo que crees. No debes estar con alguien a quien no quieres de verdad. Sólo servirá para que le engañes y te engañes, para que le hagas daño y para que te sientas culpable de algo de lo que tendrás la culpa.
- ¿Y qué hacemos?
- Esperar. El tiempo tiene la mala costumbre de poner a cada uno en su lugar.

lunes, 27 de septiembre de 2010

¿Quién te ayudó cuando estabas mal?
¿Quién te enseñó a nadar cuando te hundías en el mar de las lágrimas?
¿Quién se enamoró de tí cuando menos se lo esperaba, sin ninguna intención de hacerlo, y después de haber jurado y perjurado que no se volvería a enamorar?
¿Y quién es ahora la que te sonríe y apoya mientras tu te vas con otra?
Si, todas ellas soy yo.
Mierda!!

jueves, 23 de septiembre de 2010

Presión en mi garganta que amenaza con cerrar mis vías respiratorias.
Con cortar el flujo de gases hacia mis pulmones, impidiendo la transferencia de oxígeno y dióxido de carbono en los alveolos pulmonares.
Dolor estrangulante en el pecho, zona superior izquierda, como si mis carótidas se hubieran comprimido y hicieran que el corazón se encogiera, acurrucándose en el pericardio, buscando el frío entre el asfixiante calor que se da en mi cavidad torácica.
Arterias contraídas a la altura de mis sienes que cierran el paso de sangre al cerebro, produciendo un incipiente dolor de cabeza que amenaza con no dejar que mañana asista a mis clases.
Ojos hinchados, párpados contraídos, alta concentración sanguínea en mis globos oculares.
Lacrimales al máximo de potencia.
Visión parcialmente nublada por la interferencia del líquido acuoso que destilan.
Es tan fácil describir los síntomas de la tristeza...
Y tan difícil describir la tristeza en sí...
Sobretodo cuando la misma se halla mezclada con dolor, enfado y rabia.
Mi corazón me pide la baja por incapacidad, dice que no aguanta más estocadas por la espalda, más ataques contra su pobre estructura...
Y ahora, ¿qué hago?
Tic Tac, tic, tac, tic, tac, tic, tac...
Sin parar, sin parar.
Mundo que gira y gira, como si fuera un tiovivo que nunca se cansa, que nunca para.
Acuerdos cambiados, mutados para hacer que yo tenga que cambiar mi parte mala y tu puedas mantener tu tiranía.
Tic, tac, tic, tac, tic, tac...
Páginas que se pasan, frases que se escurren, palabras que se deslizan, letras unidas unas a otras en una gigantesca danza compleja y aleatoria, que de tan difícil que es, se torna fácil para nosotros.
Tic, tac, tic, tac, tic, tac...
¿Para qué decir gracias cuando puedes morder a aquel que te ayuda?
¿Para qué ser agradecido?
Y una vez lo has echo, ¿para qué pedir una cosa si puedes obligar al otro a hacerla, o hacerle ver que el problema es él si no lo hace?
Tic, tac, tic, tac, tic, tac...
Pero el mundo gira, gira, sin descanso, y ahí está el fallo en tu ecuación.
Has olvidado lo malo de dar vueltas en círculos, que siempre vuelves al punto de partida...
No creces, no mejoras, no evolucionas...
Y siento decirte que la Naturaleza elimina a todo aquel que no evoluciona...
Tic, tac, tic, tac, tic, tac...
Ahora el tiempo corre en tu contra.
Tratas de huir, pero... ¿cómo huir de algo que es tan poderoso como la Naturaleza?
Ah, no, no cuentes con mi ayuda para ello...

viernes, 3 de septiembre de 2010

Números pasados por alcohol.
Mente difusa y soñadora.
Síndrome de abstinencia de amor.
Me cago, ¡otra cerveza, por favor!
No voy a ser responsable. Estoy harta de ser responsable, de cuidarme y cuidar de los demás.
Esta noche es mía.
-¿Cuántas copas llevas?
-No lo sé. Hace un par de horas que no sé contar...
La luz se dibuja en la habitación, abriéndose paso entre las persianas.
Extraño, sol.
Abro un ojo. Me maravillo con la estampa de mi habitación blanca marcada por las negras líneas.
Un golpe por dentro en mi cabeza.
Es mi conciencia, que me reniega por la fiesta de anoche.
-¿Te lo pasaste bien, eh?
-Buf, y que lo digas.
¿Qué hago en el lado derecho de la cama? Siempre duermo en el izquierdo...
Giro la cabeza. Por poco choco contra otra cabeza.
- ¿Y este quién es?
- A mí que me dices, ¡yo estaba dormida! ¡Me dormiste a cervezas!
- Cierto... Es guapo, ¿eh?
- Hombre, la verdad es que sí...
Me recuesto sobre el lado izquierdo de mi cuerpo. Me arrebujo en las sábanas. Me acerco a su cuerpo.
- Huele bien.
- No llevas ropa.
- Cierto. Él tampoco. Eso es un empate.
- Cierto.
Le miro dormir. Las cejas marcan unos ojos grandes, con una nariz recta que dirige la mirada hacia unos labios carnosos. Su ceño se frunce y se remueve incómodo.
Su mano izquierda roza mi cuerpo. Me atrae con un potente tirón.
- El chico está fuerte...
- Sigues sin llevar ropa. Él tampoco. No sabes quién es él. Acabas de verlo por primera vez.
Ignoro esa vocecilla pesada. Alargo la mano y le retiro un mechón de pelo oscuro de la cara.
- Se va a despertar...
-¿Cómo lo sabes?
-¿Sigues tan borracha que no lo notas?
- ¡Coño, sí!
Cierro los ojos y me apretujo contra ti, cobijándome en tu abrazo protector...

jueves, 26 de agosto de 2010

Picor en los ojos.
Cosquilleo en los dedos.
Fin de mis reflexiones con sentido por hoy.
Dejándome llevar por la fiebre, que consume con su calor frío todo lo que alcanzan sus azules llamas.
Cuando la salvación ya no parece llegar de arriba.
Cuando traduces a tu propia lengua.
Cuando las palabras dejan de tener un orden específico y se convierten únicamente en piezas de un tablero de ajedrez, que se pueden mover, al parecer a su antojo, pero que en el fondo están guiadas por cientos de pequeñas reglas y matices.
Porque ya se sabe que no es lo mismo un hombre justo que justo un hombre.
Y si fijas tu mirada en las flores del papel pintado que recubre la pared que se alza frente a tus ojos, no vas a encontrar un guión para tratar de llegar a buen puerto.
Son solo flores, ¿qué esperabas?
Miras por la ventana, tratando de que las estrellas sean quienes guíen tus pasos, dejando en sus manos la árdua tarea de marcarte el rumbo correcto.
Pero no, fuera está nublado. Llueve.
El pavimento, negro y rugoso está empapado por la constante lluvia.
Los tejados de las casas parecen estar disfrutando de la ducha, pero no como quien la toma por voluntad propia, sino como aquel que sabe que no tiene más remedio y decide encontrar las cosas buenas entre las cosas malas.
Y yo tampoco lo tengo.
Simplemente puedo elegir si quiero mojarme ahora o prefiero mojarme luego.
Sábanas empapadas que se arremolinan a los lados de tu cuerpo, tratando de atraparte en un abrazo feroz.
Y tu no te resistes. Tiemblas, tienes frío, pero tu piel sigue sudando...
Tu cabeza lleva palpitando tantas horas que ya no recuerdas cuándo empezó a hacerlo.
Miras el reloj.
Es mucho más tarde de lo que deberías. Las tres de la mañana debería ser una hora que no se pudiera ver en el reloj.
Nadie debería ver las tres de la mañana. Ni las cuatro. Ni probablemente las cinco. Las seis sólo si ayer te acostaste sólo y pronto.
Pero espera, es viernes.
Los viernes todo se vale, todo está permitido.
¡Sueña! Es viernes.
Aunque esté recién estrenado...

miércoles, 14 de julio de 2010

- Estoy cansada.
- ¿De qué?
- De todo. De vivir.
Le miró por encima del café humeante que sostenía.
- ¿Debería preocuparme?
- No. No voy a tirarme por un puente.
Él asintió en silencio. Sabía que ella necesitaba tiempo, aclarar sus ideas, reiniciarse y seguir adelante. Dio un ligero sorbo al cafe, abrasándose la lengua en el proceso, pero sin dar muestras de ello. Se recostó en el respaldo de la incómoda silla y miró a la chica que tenía delante.
Ella, ajena al escrutinio, continuaba con la mirada fija en las muescas del parquet del suelo de la cafetería. Sus manos estaban entrelazadas a un lado de la cara, y uno de sus dedos jugueteaba con las gafas de sol que sujetaban sus cabellos caoba.
- Huir no es la solución a los problemas. - susurró él, varios tonos de voz más bajos de lo normal, pero consciente de que ella le había oído.
- Lo sé - contestó ella en el mismo tono de voz, mientras sus manos viajaban hasta la mesa - Pero necesito alejarme del asunto para verlo con perspectiva, analizarlo tranquilamente y ponerle solución. Y sabes que eso no puedo hacerlo ahora.
Él asintió, al tiempo que se incorporaba para alcanzar una de las manos con las que Liza jugueteaba con una servilleta. Era consciente de la presión a la que estaba sometida ella.
Liza levantó los ojos del parquet y los clavó en las grises pupilas de su compañero de mesa. Como siempre, quedó atrapada por ellos, pero no lo dejó ver. Era lo último que necesitaba, perder a nadie más.
- ¿Has hablado con Matt? - preguntó con cautela Ted. Sabía que aquel era un tema espinoso, que podía hacerle mucho daño, pero tenía que saber si el imbécil del ex novio de Liza era la causa de su comportamiento errático de las últimas semanas.
Liza suspiró y asintió con la cabeza, devolviendo su mirada al suelo.
- No me dijo nada especial. - murmuró. - Sólo quiso saber cómo me estaba tratando la vida. Me inventé un montón de mentiras sobre lo estupenda que es, finjí estar ocupada y le colgué. Esto no es por él, Ted.
Éste asintió y decidió dejarlo correr. Le dió otro sorbo al café y volvió a recostarse en la silla.

jueves, 8 de julio de 2010

Porque, porque, porque...

Porque hoy estoy algo cabreada.
Porque me he cansado de seguir andando un camino que no sé seguro si me vale la pena.
Porque tengo que arreglar una casa de 80 metros cuadrados llena de trastos yo sola.
Porque hace más calor que follando debajo de un plástico.
Porque esta noche vienen a cenar unos amigos y no se ni qué narices les voy a dar de cenar.
Porque se ha muerto esta noche de muerte súbita una gran persona, alguien que estuvo a mi lado desde la más tierna infancia.
Porque mi madre vuelve hoy de viaje de Edimburgh, no sé a qué hora, y la casa sigue patas arriba.
Porque en mis oídos resuenan los compases de "You could be mine" y me acuerdo de ti.
Porque es tu cumpleaños.
Porque no tengo tiempo para lo que y los que quiero.
Porque mi mejor amiga de la universidad me dejó ayer colgada en medio de una fiesta, a la que yo había ido por ella, y en la que las dos únicas tías que había por allí eramos ella y yo y me quedé completamente fuera de lugar, rodeada de tíos a los que no conocía de nada porque eran amigos del novio de mi amiga, subida a unos taconazos, espantando borrachos y discutiendo sobre política y lengua.
Porque he dormido cinco horas y llevo casi tres arreglando la casa para que siga teniendo el mismo deplorable aspecto.
Porque me has cambiado por otra.
Porque estás lejos.
Porque me voy a Londres en menos de una semana y aún no he comprado el viaje de avión.
Porque llevo sin relajarme tanto tiempo que no recuerdo cuándo fue la última vez que lo hice.
Porque he perdido, gracias a la intervención de mi querida madre, la mitad de la historia que llevaba escrita.
Porque no tengo ganas de verlo todo negro.
Porque estamos en la final.
Porque me siento española.
Porque tengo ganas de vivir el día de hoy.
Porque a pesar del cansancio, tengo los ojos vivos, y con ganas de recibir información de todas partes.
Porque el Red Bull hace milagros.
Porque la lavadora está a punto de acabar.
Porque cuando llegue mi amiga, se va a ver la casa hiper recogida y se va a sentir algo culpable.
Porque cuando llegue mi madre y lo vea todo perfecto, va a tener que cerrar su boquita y aceptar que lo he hecho genial.
Porque la música estridente resuena en mis oídos, y me da la fuerza que necesito para levantar el culo del sillón y empezar a construir un buen día.
Porque tengo ganas de hacer deporte.
Porque tengo ganas de sonreírle al mundo.
Porque mañana empieza hoy.
Porque tengo ganas de salir esta noche y encontrar a alguien que llene tu vacío.
Porque ojos que no ven... mierda que chafas.
Y porque sí.
¡¡Adelante a por el día de hoy!!

jueves, 1 de julio de 2010

¡Ay! La burocracia...
Nadie quiere organizar las cosas y cuando las organizas tú, siempre hay algún listillo que se opone y opina que él podría haberlo logrado con mejores resultados y menor esfuerzo...
Simplemente atroz, señores.
Si crees que eres capaz de salir victorioso de una batalla, ayuda a aquel que ves que no puede con ello...
Y si crees que realmente es importante lograr que las cosas salgan bien en esa empresa, no pongas más pegas de las que la vida ya le pone...
Últimamente me siento engañada por tanta gente...
Aquellos que me dijeron que me querían y me olvidaron tan rápido que ni vi venir su huida.
Aquellos en los que siempre piensas, en los que confías, y que no son capaces de avisar cuando la vida se les tuerce y les impide llegar a una cita concreta.
Aquellos, estúpidos y banales, que fingen tratar de lograr la felicidad por medio de tu ayuda, pero que en realidad lo único que buscan es que tú hagas todo el trabajo duro...
Son tantos golpes recibidos en un mismo punto, que las moraduras se confunden con el tono de mi piel...
Son tantas las lágrimas derramadas sobre este folio que las letras se funden unas con otras, la tinta escapa de la superficie secante y el papel se ondula bajo el peso de la pena...
Y encima te siento lejos, siento que no puedo contar contigo, que ya no sé dónde estás, ni si volverás ni si estuviste aquí un día...
Y me hundo, poco a poco, en un mar de aguas espesas, oscuras y pegajosas que se adhieren a mi piel y que tiran hacia el fondo, a un lugar oscuro y triste del que no sepa cómo salir...
Y a mi alrededor, todo lleno de dulces parejitas, miradas soñadoras, gente sonriente que alcanza sus metas...
¡Ay! La vida, que injusta y dura es...

domingo, 27 de junio de 2010

ZAS!!!

Me he cansado de discutir con palabras.
Quiero una espada.
A la que alguien se pase, ZAS, tajo!
Soy una persona justa, no os preocupeis.
Adjunto la lista de castigos:
- Me contradices sin razonar --> corte en un brazo, a elegir.
- Me tocas mucho las narices --> corte en una pierna, pa que duela al andar y te acuerdes de mi.
- Tratas de hundirme --> pérdida total de la mano izquierda
- Consigues hundirme --> pérdida total de la mano derecha
- Me engañas (grado 1) --> Corte en la cara, para que todo el mundo pregunte y tengas que contar que fue por ser un mentiroso.
- Me engañas (grado 2) --> Dí adiós a la posibilidad de paternidad...


Tu mismo...

martes, 22 de junio de 2010

Ni siquiera sé qué quiero.
Sólo sé que no puedo seguir así.
No puedo seguir tratando de salir de un pozo con paredes totalmente lisas sin que alguien de fuera me tire una cuerda.
Quiero pensar que si las cosas entre nosotros van bien, puedes ser tú quien me ayude a salir de aquí, trato de pensar que realmente lo único que necesito es que tú vuelvas a estar aquí o que aprendas el camino hasta mí...
Pero en el fondo, no soy capaz de decirme a mí misma que no quiero un novio, que no quiero un rollo, sólo quiero un amigo que no sienta asco al verme, que no piense: "Es un colega, es un amigo, es uno más..." Pero lo soy.
Y lo cierto es que me gusta ser el colega. Me gusta hacer el papel de tío, es un papel para el que nací pero que no me tocó en el reparto de genes.
No tengo consciencia de identidad. Es decir, que no se quien ni qué soy.
Soy un tío, pero no me gustan las tías ni tengo pinta de tío.
Soy una tía, pero no me comporto como tal, y aunque me gusten los tíos, se apreciar un buen par de tetas cuando pasan a mi lado...
Es difícil pensar y escribir algo tan personal, sabiendo que voy a publicarlo en una página pública que puede leer cualquiera que se le ocurra mirar en mi perfil de cualquiera de las redes sociales a las que estoy apuntada...
Gente que me conoce, gente que no se le ocurriría pensar jamás ni la mitad de la mitad, de un cuarto de las cosas que digo por aquí.
Gente que piensan que soy una tía lineal, normalita, algo pesada...
Que no se imaginan hasta que punto soy rara, hasta que punto no estoy dispuesta a dejarme ver.
Hasta que punto necesito saberlo todo de los demás, para que en caso de que las cosas se tuerzan, poder utilizar alguna de esa gran cantidad de información recabada de los rincones de los oscuros pasados de cada una de las personas que me rodean en su contra, para protegerme...
De vez en cuando, soy yo la que me miro a mí misma y me doy cuenta de que parezco "La Colmena", esa ciudad subterránea compuesta por cientos de pasadizos que se extendía bajo una ciudad norteamericana, en aquella famosa película de zombies.
Tengo recovecos, pasadizos, paredes dobles, dobles fondos, cámaras ocultas, y al fondo de todo, controlando todo el complejo, una niña repelente holográfica.
Y lo peor es que ni yo misma conozco todo ese laberinto, y muchas veces me pierdo en él. Encuentro habitaciones que no existían, cosas que creía perdidas, suelos que se deshacen una vez cruzo y que son sustituidos por otros diferentes, que mutan los colores y las formas, que me hacen sentir como Alicia cuando el perro con cara de escoba va borrando el camino de salida del País de las Maravillas...
Quizás si me pongo a llorar llegará el Gato Risón y me llevara ante la Reina de Corazones... Aunque no se exactamente qué es peor...

jueves, 17 de junio de 2010

Ya que no puede ser con un beso de tus labios...
Al menos quiero irme a la cama con un vaso de leche bien dulce...

viernes, 11 de junio de 2010

Cien por hora

Aquí estoy, al otro lado del ring, dispuesta a darlo todo en la lucha.
Mi corazón palpita dentro de mi pecho, tratando de salirse de entre las costillas, demostrando con su frenético baile lo nerviosa que estoy...
Pero tú, desde lejos, no puedes oírlo, no puedes notarlo y mi cara de seguridad y mi mirada desafiante te intimidan.
Al fin suena el timbre que anuncia el principio del combate.
Centro del ring. Solos tú y yo. Cara a cara, ambos dispuestos a darlo todo.
Nuestros cuerpos empiezan a describir círculos, a contorsionarse, a buscar el punto débil del otro...
Mi mirada sostiene la tuya, ambos conscientes de que el primero que la baje será el que pierda este asalto, porque en el combate no hay nada decidido hasta el último momento...
Incapaz de seguir sosteniendo tu mirada, bajo la mía y la fijo en el suelo. El gong suena de nuevo.
Vuelvo a mi esquina, dispuesta a oír la reprimenda de mi entrenador, pero en vez de eso, me sorprende con un "No ha estado mal. Si hubieras aguantado un segundo más le habrías ganado este asalto, pero al ser al mismo tiempo... Bueno, no importa"
Asiento con la cabeza, tratando de asimilar lo que me esta diciendo. Hemos aguantado la mirada el mismo tiempo... Eso es un empate...
Suena de nuevo el gong y el sudor perla mi frente. Salgo con ganas. Vamos, vamos.
Lánzame tu mejor golpe. Lo veo venir.
- Estas preciosa.
Mi ceja izquierda se levanta automáticamente, restando puntos a tu ataque.
- Y tu borracho - contraataco.
Tu sonrisa, en vez de hacerme ganar puntos, me hace perderlos. Es la sonrisa más bonita que recuerdo en este momento.
Algo anonadada, retrocedo ligeramente. No me vas a engatusar tan fácilmente.
Te acercas lentamente, rozas una mano con una de las mías, y la otra acaricia mi pómulo.
"¡¡NO!!" - chilla en mi cabeza una voz que viene de muy dentro de mí.
Trato de separarme, pero tu mano me retiene y me apega a ti, acercando tanto nuestros cuerpos que casi puedo oír tu corazón...
Y se que tú oyes el mío... que va a cien por hora...
Has ganado este asalto, has conseguido ponerme nerviosa... Veremos quién gana el combate...

martes, 8 de junio de 2010

Para tí, querido amigo, querido amante...

Para ti, querido amigo, querido confidente, querido amante del pasado.
Para ti que te fuiste con la promesa de volver y aún sigo esperando ese momento prometido.
Estoy harta de soñarte, de pensarte, de preguntarle a lo único que nos mantiene conectados cómo estás, que tal te va, si eres feliz...
Lamento comunicarte que la chica que conociste, ya no existe, murió hace tiempo.
Ya no soy aquella quinceañera, feliz, sonriente, siempre con un comentario dulce en los labios, siempre dispuesta a ayudar, charlatana, que amaba el deporte, que estaba dispuesta a luchar por sus sueños, que decía lo que pensaba, que pensaba antes en los demás que en sí misma...
Me he convertido en una chica de diecinueve años, que piensa antes de hablar, que ha perdido su pasión por el deporte, que sigue amando la música pero que ya no es capaz de crearla, que sigue amando la poesía, pero no es capaz de hilvanar dos versos, que le sigue gustando la lectura, pero ya no se atreve a contradecir al mundo y luchar por ser una escritora profesional.
Ya no siento esa imperiosa necesidad de ayudar a los que lo necesitan.
Ya no pienso bien de las personas por defecto. Me planteo si realmente necesitan mi ayuda, antes de ayudar.
Ya no escucho primero al corazón y luego al cerebro.
Ya no sonrío al mundo. Lo máximo que consigo es una mueca y una sonrisa sarcástica.
Ya no devoro libros. Ahora sólo devoro comida en cantidades industriales.
Ya no canto por la calle. Ya no bailo cuando quiero. Ya no soy aquella chica que conociste un día en el patio del recreo.
Pero sigo siendo esa chica que espera a que vuelvas.
Esa chica que se enamoró de ti sin darse cuenta y que cuando fue consciente, ya era demasiado tarde.
Que espera que te acerques sin una palabra y la abraces, dejando fuera todo lo malo, sumido en la penumbra que queda más allá de nuestro abrazo.
Habrá que seguir esperando...
Paciencia, pues...

lunes, 31 de mayo de 2010

A veinte metros bajo tierra...

Presión, presión, y más presión.
Cambiamos de tercio, ahora ya no es una, es su copia, unos años más joven.
Criticamos, hacemos daño gratuito, nos esforzamos por demostrar que somos mejores que los demás a base de hundirlos, no de crecer sobre ellos.
Hundirles, hundirme, y al final, hundirte.
Trato de no juzgarte, pero es tan difícil...
Proclamas que estás convencida de que la tuya es la única opción correcta, que posees la verdad absoluta, que el resto estamos tan equivocados que lo único que podemos hacer es seguir hundiendonos, tirar hacia abajo, llegar al infierno.
Hundir a los demás bajo tierra, empujarlos al vacío del infierno quizás te reconforte, pero tus pies siguen clavados a la Tierra, no te acerca al cielo...
Desprestigiarles con tus palabras, tus actos, tus gestos... no te hace mejores que ellos.
Te envenena el alma, pierdes la posibilidad de disfrutar de las pequeñas cosas, de la gente que te quiere, de la gente que está a tu alrededor...
Y lo peor es que menos la belleza, todo se pega, y muchas veces soy yo la que me escucho hablar así...
Me consterna, me duele, me desespera ser yo la que haga lo que censuro en los demás. Y hago un esfuerzo por corregirlo, por corregirme, por no ser yo la que aplaste a los demás...
Por no autocompadecerme, por no autojustificarme...
Por ver el mal en mis acciones, por intentar no insensibilizarme ante las injusticias.
Que las lágrimas sigan encendiendo algo en mi interior que me haga revolverme en mi asiento.
Y pido por tener el valor de levantar la voz.
Por gritar al cielo que hay cosas que están mal, que hay que cambiarlas, que erradicarlas de la faz de la Tierra, que obligarlas a morir, que arrancar de raíz esa mala hierba.
Reglas que te atan las manos y que salen de la nada, que te sonrien a la cara, atándote las alas, mientras te dicen que en el fondo, debes estar agradecida, no te las están cortando...
A veinte metros bajo tierra, hay tan poco oxígeno...

domingo, 30 de mayo de 2010

Experimento...

¿Qué pasa cuando comprimes algo que ya tiene más presión de la recomendada?
Que explota, rebienta, muere, se deshace se destruye.
Y lo peor es que es un final predecible.
Alguien está haciendo un experimento malvado conmigo, tratando de ver si mi cabeza explotará o si sólo me limitaré a deshacerme en llanto y negarme a continuar.
Y lo peor es que sé que si me dejan yo puedo demostrar toda mi valía.
Puedo regalarle al mundo lo mejor que haya salido de la fábrica con mi sello.
Puedo seguir luchando por ser mejor, por llegar más lejos, golpear más fuerte, saltar más alto.
Cargada con cientos de mochilas que no me corresponden es tán difícil lograr mejorar...
Y si añadimos un cronómetro a la fórmula, lo más probable es que el laboratorio quede destrozado con una mancha de quemado en el techo...
Pero el experimentador sigue empeñado en que tiene todo el derecho del mundo a añadir las condiciones que quiera, a modificarlas en cualquier momento, a controlar al sujeto estudiado bajo sus condiciones, como si se tratara de un recipiente lleno de un reactivo inerte...
Esperemos que no se queme las manos...

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La última vez que te vi, eras mucho más de lo que eres ahora...
Has perdido tu muchedad...

jueves, 27 de mayo de 2010

Para ti...

Para ti, que sé que te preocupa tu futuro.
Para ti, que sé que valorarás estas palabras.
Para ti, que sé que te preocupa tu presente.
Para todos vosotros, que no os dejais llevar por la corriente, que pensais por vosotros mismos, que os gustan unas cosas y os desagradan otras pero que nadie os dice qué debeis pensar.
Es por vosotros por quien escribo.
Es en vosotros en quien pienso cuando mis dedos aporrean un teclado, cuando mis manos cogen boli y papel, cuando las palabras fluyen de mi mente hacia algún lugar en que se hagan inmortales.
Todos mis logros anteriores, todas las historias que comenzaron, no tendran final.
Quizá sea una señal para que empiece de cero, que me reinvente, que cambie de estilo, de ideas...
Que me redescubra.
Intento pensar en positivo. Intento no ver el sufrimiento de cientos de personajes que no verán la luz, que seguirán dando vueltas por un mundo imaginario en el que jamás podrán lograr la felicidad, morir en paz o encontrar al verdadero amor.
Intento no pensar en esos jovenes, alejados de sus vidas reales que las descubren y salen en su búsqueda, tropezando con cientos de problemas.
Intento no pensar en aquellos cuatro hermanos que jamás lograrán encontrar la magia de vivir en un pueblo pequeño y de lograr la armonía familiar a pesar de la inestabilidad de sus padres.
Trato de borrar de mi cabeza a la joven que intentará escapar de un destino injusto que le ha sido impuesto.
Y de no recordar al hada que echa de menos a su marido, ni al lobo que jamás encontrará a su verdadero amor.
Intento no pensar en los amantes que nunca podrán hacer el sacrificio que les redimirá de sus actos para brindarles la oportunidad de vivir juntos hasta el fin de sus días.
Pero la que más pena me da, es la joven tuareg, caminando en el desierto con un poderoso amuleto en las manos, huyendo de la tenebrosa Hermandad del Escorpión y tratando de salvar al mundo...
Igual que aquella pobre muchacha que salió en busca de sí misma y que nunca regresará a casa...
Tantas historias inconclusas... Tantas personas que piensan por sí mismas, que deciden sus futuros y me los susurran al oído para que yo les de forma de novela.
Tantas que ya no podrán seguir...
Esto, señores, sí es una catástrofe.

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No se si es por el alcohol,
o es que he oido esa canción
que me obliga cada vez que suena a recordarte...
Sentimientos en formol...

martes, 25 de mayo de 2010

Hoy es un día de aquellos.

De pronto, todo lo que un día ví claro se difumina.
Todo lo que creí seguro, que no iba a cambiar, que era inmutable, se tuerce y ya no recuerdo ni porqué sigo esperando.
Ya no me acuerdo...
Ya no se si tu moto era roja, no recuerdo si componias la cancion y luego la musica o lo hacías al revés...
Ya no me acuerdo si preferias que te abrazara o que te diera un beso...
Y hay un nudo en mi garganta, hay una flojera en mis piernas, que se tambalean, que se doblan, que me precipitan al suelo.
Veo cómo la gente cae y es capaz de levantarse, y yo... sigo anclada en un pasado, sigo sufriendo por tu ausencia, sigo sintiendote tan cerca que duele que no pueda verte...
Sigo pasandole mensajes a la luna, para que te los lleve...
Sigo queriendo enviarte un sms, o un correo, pero me acuerdo de que hace seis años que no tienes...
Sigo pensando que a lo mejor te has enfadado conmigo, que ya no quieres que siga pensando en ti, que prefieres que pasemos página...
Y me da miedo que puedas pensar eso...
Jamás podré olvidarte. Eras parte de mi vida, eras parte de mí... Y ahora ya no te siento...
No puedo acariciarte, no puedo pensar en nuestro futuro, no puedo verte ahí, esperándome, como si el tiempo fuera sólo algo que dejar pasar mientras disfrutas de la vida.
Y ahora el tiempo se ha convertido en una carga, un lastre, algo que dirige mi vida...
Y lo peor es que no quiero recuperarme...
Me da miedo que, si deja de doler, algún día llegue a olvidarte.
No quiero perder lo poco que me queda de ti...
Tus enseñanzas, tu compañía, la sensación de estar segura en tus brazos.
Sentir que he encontrado mi lugar en el mundo...
A veces me pregunto si eras tu mi otra mitad...
Sería un problema bastante serio....
A veces me pregunto si no estare buscando algo que jamás encontraré porque ya ha pasado por mi vida...
Otras veces sólo puedo tumbarme en el sofá y dejar pasar el día, perder cientos de horas de estudio en sollozar, lloriquear, producir una cantidad ingente de mocos y llorar a lágrima viva.
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Hoy es un día de aquellos.
En que se para el tiempo.
Historias repetidas, caminan sobre el viento.
Aquí estás, una vez más.
Estás en los cajones, pedazos de recuerdos.
El polvo en los rincones esconde muchos sueños que ayer eran verdad.
Que ayer eran verdad.
Y que importa si hoy ya es pasado.
Una historia que aún no ha comenzado.
Y que importa si hoy nuestras manos se han desatado...
Que ayer... eran verdad...
Que ayer... eran verdad...
Que ayer... eran verdad...
Que ayer... eran verdad..................

lunes, 17 de mayo de 2010

Me ahogo y no es en una jarra de cerveza.
Beso y no son tus labios.
Revuelvo y no es tu pelo mojado.
Doy vueltas y no es a un vaso de leche caliente y dulce.
Choco y no es contra tu pecho.
Caigo y no es en tus brazos.
Empujo y no es a ti en mi cama.
Me desvisto y no es para ver la cara que pones.
Me pican los ojos y no es de olvidar parpadear porque te estoy mirando.
Me siento sola y no es porque acabas de irte.
Me alegro y no es porque haya recibido noticias tuyas.
Sonrío y no es porque llegas.
Muerdo y no es a ti.
Buceo y no es en tu mirada.
Sufro y no es porque llegas tarde.
Miro el móvil y no es para leer uno de tus mensajes.
¿Es bueno seguir esperando algo que sabes que ya no va a volver?
¿Es malo querer que vuelva algo que ya no tienes?
No pienso leer las instrucciones de uso para saber cómo hacerte volver. Me niego a perderme a mí misma por mucho que te eche en falta.
No es una cuestión de orgullo. Es simplemente que el precio a pagar sobrepasa con mucho los beneficios que aportas.
Sé que encontraré a alguien ahí fuera que será capaz de hacerme sentir guapa, buena, dulce y feliz...
Y sé que tu encontrarás a alguien con quien calentar tu cama en invierno, así que ya no me necesitarás...

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Algo bueno pasado mantenido en el presente - NOSTALGIA
Algo bueno futuro transladado al presente - ESPERANZA
Algo malo pasado mantenido en el presente - RENCOR
Algo malo futuro transladado al presente - MIEDO
Sé que esta mal, pero me enfada que la gente sea feliz.
No toda, por supuesto, solo aquella que me recuerda un pasado, todo lo que pudo haber sido y no fue, todo lo que pude haber sentido y no sentí...
Sé que hay mucha historia detrás de las conversaciones que se leen, pero solo querría que no tuviera que verlo...
Esta claro, la gente tiene derecho a ser feliz, pero hoy... hoy solo quiero ser feliz yo.
Y no se porqué, hoy, después de varios días sintiendome bien, me vuelvo a ahogar en un mar que no existe.
Y encima tu vienes y me dices que eres completamente feliz, como nunca lo podrías haber sido conmigo, que quieres compartir tu vida con esa persona con la que estás ahora, que ya no me recuerdas en ningún momento, que todo lo que pasó entre nosotros, toda la historia que escribimos, que sufrimos, que VIVIMOS fue un error, que no fue real, que eras inmaduro, que no estabas preparado...
Y a mi me dan ganas de partirte la cara, de pegarte de leches aunque sepa que pesas el doble que yo y mides cuarenta centimetros más...
Tengo ganas de hacerte daño, de demostrarte que a mí si que me duele que me digas esas cosas, que no reconozcas que un día sentiste algo muy fuerte por mi, igual que yo por ti...
Pero no, tu solo le sonries a ella, le dices que es tu vida, que siempre lo será y que llevas esperandola toda tu vida...
¡¡¡Y ya no aguanto más!!!
Pobre ingenua, en cuanto te canses de ella, la dejarás tirada como un Kleenex, y vendrá llorando a contarme que le has dejado, que ya no la quieres, que no sabe qué ha pasado, qué ha salido mal...
Y yo la abrazaré y mis labios formarán un: "No diré que te lo dije, pero... Te lo dije"
Y llorará mientras tu te vas con otra, más guapa, más tonta... Alguien que no te recuerde que si te comprometes con alguien, debe ser para siempre.
Y no sé porqué necesitas decirme lo feliz que eres para sentirte feliz...
Creo que quieres hacerme daño.
Y no debería dejar que me afectara....

lunes, 10 de mayo de 2010

Nuevos proyectos.
Nuevas metas.
Nuevas inversiones.
Sueños que cambian, que permutan, que se lavan la cara.
Sensaciones nuevas y algunas repetidas.
Intenciones buenas, malas y regulares.
Sinceridad a tope, a pesar de las consecuencias.
Cansancio, agotamiento y buen humor, nadando en un vaso de leche tan caliente que te quema las yemas de los dedos.
Leche de un minibrick compartiendo tiempo con alguien sincero pero discreto.
Igual debería intentar parecerme a él...
No, sería perderme a mí misma...
Menudo precio... Que pena que solo tenga catorce monedas de plata y sesenta y nueve de cobre...
Una pequeña fortuna, pero no la suficiente para conseguir un gran cambio en mi forma de vida.
Paciencia, la oportunidad siempre llama dos veces. ¿O era la ocasión?
En cualquier caso, me arriesgare a coger el ultimo metro de camino a la estación de la felicidad.
Aún me quedan cosas que hacer en el andén...

sábado, 1 de mayo de 2010

Bailando con lobos que tiran a morderme.
Ganas de huir y sensación de encarcelamiento.
Unos grilletes metafóricos me unen tobillos y muñecas.
Me impiden volar, correr, escribir.
La historia se repite y mi mente resbala por un plano inclinado abocado a un agujero negro que gira eternamente sobre sí mismo.
"Es importante tener el control...
Son importantes las pilas del mando...
Es importante que la inspiración te pille trabajando..."
Quiero estar en otro lugar, uno apartado de las cosas cotidianas, de las cosas dañinas, de ese gran montón de cosas que debería controlar y cuidar y que sin embargo no arreglo ni apaño.
Borrador tras borrador, elaboro un plan de huida.
Ahora, creceré. Este mes, no salgo.
Mañana, invertiré a pesar de lo precario de la bolsa.
Pasado, me morderé la lengua, controlaré esas pequeñas cosas y cerraré bien la mano. Si es necesario la meteré en el bolsillo, para que no se pase de lista.

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Problemas que tienden a infinito + dinero que tiende a cero = vas jodida bonita!

miércoles, 28 de abril de 2010

El tiempo se resbala en mis oídos.
Estoy cansada de luchar.
Contra una marea de cosas sin sentido que amenazan con ahogarme en su seno.
Siento que me muevo muy despacio mientras el resto del mundo se mueve muy deprisa en el sentido opuesto.
Mis párpados caen como las hojas cansadas de los árboles en otoño y yo me pregunto si estas cosas tan raras que me pasan serán sólo a mi o tal vez a otras personas les pase lo mismo.
La gravedad de la situación llama a mi puerta, y no quiero abrirle, pero llega entonces el pizzero con mis pizzas y le abro.
Como Pedro por su casa se desliza entre mis trastos y se tumba en mi sofá, adueñándose de mis palomitas.
Me siento a su lado y espero a que mi silencio la incomode.
Jajaja. Que estúpida soy...
Olvidé que es parte de mi...
Me resigno y miro la tele. Ella me hace olvidar mis problemas.
Gracias Fox...

lunes, 19 de abril de 2010

Increíble...

A pesar de todos los peros, a pesar de todos los pesares, a pesar de mis nervios idiotas...
A pesar de todo, sigues siendo lo primero que pienso cuando me despierto, y lo último que pasa por mi mente cuando me acuesto.
De vez en cuando me encuentro a mí misma pensando en ti y redirijo mis pensamientos hacia todas esas cosas que esperan que me dedique a ellas...
Ya sabes, mi carrera...
Mis amigos...
Mis hermanos...
Mi casa...
Esas cositas. Pero aun así, no puedo apartarte de mi mente y te mantienes en un segundo plano, pero acompañándome en las pequeñas cosas.
Se que suena cursi e idiota, pero no lo puedo evitar.
Ya sabes, imanación demasiado gráfica.
A veces viene mal, pero de vez en cuando es una gozada :)
Increíble... Ha vuelto a pasar... A pesar de que me prometí que no volvería a pasar...
Increíble...

viernes, 16 de abril de 2010

A veces me crecen las ganas de hablar, pero entonces me las limo.
Al final no es tan rosa el olor que queda en la ropa... Lo siento. El sabor de mi boca tampoco es agradable.
¿Donde estás? Y a ti, qué te importa.
Me gustaría decir que me eres indiferente, pero sería una mentira tan grande que no podría llevarla sobre mis hombros.
Sigues siendo una parte de mi pasado, una que, cada cierto tiempo, emerge de entre las brumas de los recuerdos para mirarme a la cara y preguntarme por mi vida con la excusa de saber como me encuentro, si soy feliz, si las cosas me van bien... pero sólo a título informativo, te importa una mierda si necesito ayuda, tuya o de alguien en concreto.
Así que cuando preguntas cosas como esas, te respondo lo que quieres oír: un par de risas, una contestación completamente afirmativa, pero como siempre he sabido colar una mentira, alguna cosa digo que es negativa, pero que la arreglaré en breves.
No pasa nada. No tienes que hacer nada. Solo sonríe y sigue con tu esplendorosa vida.
Y yo seguiré con la mía, disfrutando de las pequeñas cosas...
Ya sabes...
Un pequeño curro.
Un pequeño montón de amigos.
Un pequeño par de fresas con nata...
Cosillas sin las que es difícil seguir adelante :)
Tengo muchas cosas de las que quejarme, pero también muchas cosas de las que disfrutar.
A pesar de todo, realistamente, el balance continúa siendo negativo.
Siempre he sido una persona optimista, por eso sigo sonriendo, pero... de vez en cuando, el realismo se abre paso en mi vida, y me hundo...
PERO SIEMPRE SALGO A FLOTE!!!
Y YO SOLA!!!
Estoy tan contenta hoy... Y eso que mañana hay examen de bioquímica...

It's gonna be legen (wait for it...) DARY!

martes, 13 de abril de 2010

ZAS! Caida.
Punto.
Arriba.
ZAS! Caída.
Punto.
Arriba.
ZAS!!! Caída.
No puedo seguir. Mi cabeza da vueltas, como si un enjambre de abejas se hubiera instalado entre mis sienes y se resistan a salir de ahí.
No quiero nada.
No espero nada.
No siento nada.
Sólo quiero relajarme, que desaparezca el ruido de mi cabeza, esconderme debajo de la manta y esperar a que el mundo malo, feo y negro desaparezca.
Necesito sentirme querida y sólo consigo sentirme un bulto sospechoso en medio de una habitación con mucho humo, luces y música estridente.
Mucha gente viene y va, como estrellas fugaces en la noche oscura, que destacan, pero sólo duran unos segundos.
Luego, su luz desaparece en la inmensidad del firmamento. Y vuelvo a quedarme sola.
Me abrazo las rodillas intentando mantener el calor en mi cuerpo, pero ir en bikini en pleno Polo Norte, no tiene mucho futuro.
Y ahora sólo me queda esperar.
¿A qué?
Un milagro, una lotería, un empleo, un poco de suerte... Un suspiro de vida.
¿Qué quieres que te diga?
Miro hacia arriba, pero no veo la luz en lo alto del pozo en el que estoy metida.
Silencio a mi alrededor, oscuridad y aire pesado y espeso.
No quiero derrumbarme.
No quiero derrumbarme...
No quiero...

domingo, 21 de marzo de 2010

El que ríe el último... es lento

Menudo día...
¿Qué tendrán los días lluviosos que solo saben que empeorar?
Eso mismo me pregunto yo.
Cientos de historias sin futuro rondan mi cabeza, susurrándome frases, principios de leyendas, relatos incongruentes... que nunca consigo continuar.
Las musas se alejan de mi, se ríen y me dan la espalda, mientras se alejan volando con sus alas translúcidas.
Suspiro, suspiro.
Mi vida empieza a parecer una obra de teatro, que se escribe al azar, sin una pluma que la guíe o alguien dirigiéndola que quiere vérmelas pasar muy putas...
No se que prefiero pensar.
Parece que he olvidado mi papel y tengo delante a una gran audiencia que carraspea nerviosa esperando mi triunfal monólogo. Miro al apuntador, tratando de recibir ayuda por su parte y lo único que consigo es que mire las hojas que tiene delante y se encoja de hombros.
¿En que momento la gente dejó de ayudar a los demás?
¿En que momento decidió alguien que no tenía porqué dar explicaciones a nadie?
¿En que momento se giró el mundo del revés?
Sensación de estar lejos del mundo real, en el País de Nunca Jamás, o tal vez en el País de las Maravillas...
Si, casi seguro que es el de las Maravillas... Aún no he visto a nadie volar, y demasiada gente que quiere que le corten la cabeza al más cercano...
Paciencia. Basta con encontrar al conejo blanco... Él sabrá como sacarme de aquí...
Campanilla se sienta en mi hombro y lee mientras escribo. ¿Tú de donde sales?
Ah, que Peter te ha vuelto a desterrar...
No importa, aquí eres bien recibida...
Lo único que espero es que a La Reina de las Nieves no se le ocurra venirse también... No se que haría con semejante trineo en mi casa...

miércoles, 24 de febrero de 2010

Creo que esto te lo debo.
Hemos tenido muchos encontronazos.
De hecho, nos conocimos a encontronazos, nunca mejor dicho.
Luego, muchísimo tiempo sin vernos. Demasiado, tal vez. Pero olvidamos al otro...
Era normal. No eramos íntimos. Un par de choques no unen a dos personas.
Después, nos reencontramos.
Contenta. Mucho. No lo cambiaría. No cambiaría nada.
Después... bufff... se nos quedaban cortos los términos de intimidad. Te lo contaba todo, me contabas lo que necesitabas hablar con alguien. Confiabas en mí y yo en ti. Fui muy feliz.
Eramos mucho el uno para el otro. Me sentía cómoda contigo. Sabía que me escuchabas, y que lo hacías porque querías.
Y eso me hacía sentir bien.
Pero de repente, sin comerlo ni beberlo, las cosas se liaron.
Nos enfadamos, culpamos al otro y nos enceporramos en que ambos llevamos la razón.
"El primer beso es mágico, el segundo íntimo, el tercero rutina", ¿recuerdas?
Supongo que sí.
Me da mucha rabia que en mi cara no se dibuje ahora una sonrisa radiante, orgullosa de compartir algo tan grande como puede ser una amistad, y sólo se pinte una sonrisa cansada y nostálgica.
No me preguntes porqué es la primera entrada que te dedico a pesar de que nos conocemos desde hace un puñado de años. Supongo que son los agobios, que me incitan a recordar el pasado.
A lo mejor es que no me di cuenta de cuánto te he echado de menos. O a ella. No lo se.
Lo siento. Siento si por mi culpa algo malo ha pasado en tu vida.
Siento haberme alejado.
Siento no haberte avisado antes de hacer nada.
Siento echarte de menos y no ser capaz de decírtelo.
Supongo que tu no me echarás de menos. La tienes a ella.
Voy a dejar de pensar. Tengo los pies fríos.
No te voy a mandar un beso, ya nos han causado bastantes problemas.
Una sonrisa.
Tere

jueves, 18 de febrero de 2010

Te miro. Me miras. Sonrío, coqueta.
Sé que sonríes. Levanto mi cerveza, le doy un largo trago y te sonrío.
Sólo se vive una vez, me digo.
Te acercas. Te aliento con una sonrisa.
Decides que no tienes cómo romper el hielo. Das media vuelta y yo, admiro tu trasero mientras sonrío y apuro mi cerveza.
Mi amiga, sentada a mi lado, asiente con la cabeza. Lo aprueba. Desliza discretamente las llaves de su piso en mi bolso. Tengo carta blanca.
Vuelves armado con tres cervezas.
Buen chico. Detallista. Te has fijado que bebo Murphy. Punto a tu favor.
Preguntas si te puedes sentar.
Asiento con la cabeza mientras te miro entre las pestañas.
Te presentas con un simple: me llamo Carlos.
Contesto mi nombre y el de mi amiga.
Ésta finge que le llaman al móvil.
Ambos asentimos con la cabeza cuando articula "mi madre" y sale del bar.
Empezamos a charlar. Cambias con un movimiento fluido mi botella vacía por otra llena.
Levantamos nuestras botellas y las chocamos en el aire.
La noche empieza bien.
Te inclinas hacia delante para susurrar en mi oído.
Asiento con la cabeza al tiempo que cojo mi bolso.
Andamos, vagamos por las calles circundantes al bar, hasta que de repente, "ay! este es mi piso, quieres subir a tomarte una birra?"
"Claro" aceptas. Sabía que aceptarías. Rezo porque mi amiga me haya dejado birra en la nevera.
Paso, pasas, te enseño la cocina. Te sientas en el sofá. Me siento a tu lado.
Se que vas a besarme. Decido que se me ha acabado la paciencia. Me lanzo a por tus labios. Me respondes.
Me separo. "Yo, yo... lo siento, de verdad, no se que me ha pasado..." musito.
Me silencias con un beso. Mis manos viajan libres por tu cuerpo y las tuyas por el mío.
"En el sofá no" musito.
Te arrastro hasta la habitación y te lanzo sobre la cama.
Está va a ser una noche divertida...

lunes, 15 de febrero de 2010

¿Cómo se puede crecer con un peso a tu espalda?
¿Cómo se puede mirar hacia delante si cada vez que alzas la vista te encuentras a alguien que te recuerda lo mala que eres y lo bonita que hubiera sido su vida si tu no existieras?
Quiero volar, pero cortan mis alas.
Quiero correr, pero me atan a una cama.
Quiero soñar, pero me despiertan en cuanto cierro los ojos.
No quiero seguir llorando por la misma chorrada de siempre, por no ser capaz de hacerte ver que las cosas no van siempre como quieres que vayan.
Que las personas no son como tu quieres que sean, son como son.
Que me gusta como soy. Tengo mis defectos, mis pros y mis contras, pero me gusto así.
No. Ella solo te recuerda que no eres nadie, que eres mala, que eres fea, que eres insoportable, que nadie te querrá nunca, que sólo puedes optar a un cariño pasajero.
Que es mentira todo aquello bonito que veas en tu vida.
Dicen que un pesimista es un realista bien informado.
Creo que no. Un pesimista es un optimista que ha olvidado lo bonito que es un rayo de sol y lo divertido que es notar cómo las gotas heladas chocan contra tu cara.
Y un realista es un cínico.
Y no. Puedo aceptar una rendición, puedo aceptar un "me he equivocado, lo siento".
Puedo aceptar simplemente que vuelvas, sin condiciones. Pero no pienso pagar nada para que vuelvas.
Vales mucho más que lo que tengo. No pienso volver a darme a mí misma. No tengo ganas de que nadie decida por mi. Quiero decidir yo. ¿De verdad es tanto pedir?
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Préstame tu brújula, la voy a necesitar. No se dónde está el norte de mi vida...

viernes, 5 de febrero de 2010

Hoy he estado leyendo y pensando.
He leído todas esas entradas de blog que se quedan en la bandeja de borradores, como si no fueran suficientemente buenas como para ser publicadas.
Pero no es cierto. Son importantes, son buenas, son lo que sentía en ese momento. Lo único que pasó fue que en su momento, en el momento decisivo, no estaban preparadas para salir. O tal vez el destinatario de esas entradas no debía leerlas, por cientos de miles de motivos que ahora me parecen algo banales.
Entradas largas, que cuentan una historia, marcada de odio, rabia y dolor; entradas cortas, de un par de frases o tal vez un párrafo, que expresaban un amor que no llegó a ser o tal vez un par de párrafos contándole al viento lo todo aquello que me atormentaba.
Ciertamente, no estaban preparados para salir a la luz.
Nunca diré que escribí algo que no debí haber escrito.
Me corrijo, no diré que me arrepiento de haberlas escrito. Basta que digas de esta agua no he de beber para que te veas obligado a beber.
Lo que si diré es que no me arrepiento.
No me arrepiento de haber amado.
No me arrepiento de haber besado.
No me arrepiento de haberme jugado toda la pasta a una sola carta.
No me arrepiento de haberme jugado el cuello por ti.
Ni de haberlo dado todo.
Estoy contenta de mis elecciones, aunque no me guste mucho cómo van las cosas en mi presente ahora mismo.
Sé que mejorarán. Sé que las nubes se irán en algún momento. No puede ser invierno todo el año.
Lo sé seguro.
Mientras tanto, me resignaré a beberme una cerveza, recogerme la melena y apotronarme en el sofá.
¿Le llamo? Bah, no. No le llamo. ¿¿Qué ha pasado con esa cerveza??
Y mañana, a vestirse de princesa, sonreír al mundo. ¿¿¿Y ESA CERVEZA???

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- ¿Qué me dices si te digo piridoxina clorhidrato?
- Que te busques otra carrera, tía, que esta te desequilibra.

jueves, 4 de febrero de 2010

No quiero volver a tener que perder ni a pintar mi pared del color de un recuerdo...
Simplemente no quiero volver a oír esas palabras que se clavan como garfios.
Estoy cansada.
Demasiado cansada teniendo en cuenta que sólo llevo una pequeñísima parte del trayecto hecho.
Leo y releo pequeños fragmentos de vida que han quedado condensados en algunas líneas, un par de palabras, hojas y hojas y no consigo entender qué es lo que necesito para llegar a aquello que llaman felicidad.
Mi vida es una espiral entre aburrimiento, cansancio y ganas de desaparecer.
Cuando parece que las cosas mejoran, me doy cuenta de que he pasado algo por alto.
De que no me he dado cuenta del estado de lo que creía estable, pero que se desmorona.
De que no he querido ver que no puedo seguir jugando al póker con la vida a la espera de que ella apueste todas sus fichas.
De que los fantasmas del pasado, son fantasmas, no se puede luchar contra ellos. No tienen nada que perder. Vuelven, hacen daño y se piran, y no hay forma de controlarlos.
De que los fantasmas del presente... buf... a esos no se les debe dirigir la palabra.
Pero vuelvo a meter la pata, vuelvo a arriesgar más dinero del que tengo, vuelvo a jugarme todo a una pareja de doses con un tres en la mano, aun sabiendo que mi contrincante tiene escalera de color y que voy a perder, a perderlo todo, a perderme.
Y aun soy capaz de levantar la cerveza y darle un trago largo mientras miro con una cara que expresa hasta que punto estoy dispuesta a jugar a la vida, que me devuelve una sonrisa sardónica, consciente de lo precario de mi situación.

Ya no bailo al son de tu ritmo,
olvide los compases de nuestra canción,
pero sigo sin ser capaz de quitarme
el vicio de oír por las mañanas un corazón que,
tranquilo, descansa en un pecho protector...

Y se acerca el día D y yo tengo que sonreír, y mostrarme feliz. Y sigo añorando un abrazo tuyo y cambio solo encuentro malos royos, amenazas, agobios, gente que espera mucho de mi, gente que ha decidido dejar de esperar, gente que viene, gente que va, gente que vuelve, gente que se aprovecha... y en medio: gente que te apoya, gente que te saca una sonrisa, gente que cuando ve que te hundes, te lleva de quintos, gente que ESTÁ AHÍ. Y que no pide nada...

Día D, Mes M, Año A, Recta R, Punto P