jueves, 18 de febrero de 2010

Te miro. Me miras. Sonrío, coqueta.
Sé que sonríes. Levanto mi cerveza, le doy un largo trago y te sonrío.
Sólo se vive una vez, me digo.
Te acercas. Te aliento con una sonrisa.
Decides que no tienes cómo romper el hielo. Das media vuelta y yo, admiro tu trasero mientras sonrío y apuro mi cerveza.
Mi amiga, sentada a mi lado, asiente con la cabeza. Lo aprueba. Desliza discretamente las llaves de su piso en mi bolso. Tengo carta blanca.
Vuelves armado con tres cervezas.
Buen chico. Detallista. Te has fijado que bebo Murphy. Punto a tu favor.
Preguntas si te puedes sentar.
Asiento con la cabeza mientras te miro entre las pestañas.
Te presentas con un simple: me llamo Carlos.
Contesto mi nombre y el de mi amiga.
Ésta finge que le llaman al móvil.
Ambos asentimos con la cabeza cuando articula "mi madre" y sale del bar.
Empezamos a charlar. Cambias con un movimiento fluido mi botella vacía por otra llena.
Levantamos nuestras botellas y las chocamos en el aire.
La noche empieza bien.
Te inclinas hacia delante para susurrar en mi oído.
Asiento con la cabeza al tiempo que cojo mi bolso.
Andamos, vagamos por las calles circundantes al bar, hasta que de repente, "ay! este es mi piso, quieres subir a tomarte una birra?"
"Claro" aceptas. Sabía que aceptarías. Rezo porque mi amiga me haya dejado birra en la nevera.
Paso, pasas, te enseño la cocina. Te sientas en el sofá. Me siento a tu lado.
Se que vas a besarme. Decido que se me ha acabado la paciencia. Me lanzo a por tus labios. Me respondes.
Me separo. "Yo, yo... lo siento, de verdad, no se que me ha pasado..." musito.
Me silencias con un beso. Mis manos viajan libres por tu cuerpo y las tuyas por el mío.
"En el sofá no" musito.
Te arrastro hasta la habitación y te lanzo sobre la cama.
Está va a ser una noche divertida...

2 comentarios: