viernes, 11 de junio de 2010

Cien por hora

Aquí estoy, al otro lado del ring, dispuesta a darlo todo en la lucha.
Mi corazón palpita dentro de mi pecho, tratando de salirse de entre las costillas, demostrando con su frenético baile lo nerviosa que estoy...
Pero tú, desde lejos, no puedes oírlo, no puedes notarlo y mi cara de seguridad y mi mirada desafiante te intimidan.
Al fin suena el timbre que anuncia el principio del combate.
Centro del ring. Solos tú y yo. Cara a cara, ambos dispuestos a darlo todo.
Nuestros cuerpos empiezan a describir círculos, a contorsionarse, a buscar el punto débil del otro...
Mi mirada sostiene la tuya, ambos conscientes de que el primero que la baje será el que pierda este asalto, porque en el combate no hay nada decidido hasta el último momento...
Incapaz de seguir sosteniendo tu mirada, bajo la mía y la fijo en el suelo. El gong suena de nuevo.
Vuelvo a mi esquina, dispuesta a oír la reprimenda de mi entrenador, pero en vez de eso, me sorprende con un "No ha estado mal. Si hubieras aguantado un segundo más le habrías ganado este asalto, pero al ser al mismo tiempo... Bueno, no importa"
Asiento con la cabeza, tratando de asimilar lo que me esta diciendo. Hemos aguantado la mirada el mismo tiempo... Eso es un empate...
Suena de nuevo el gong y el sudor perla mi frente. Salgo con ganas. Vamos, vamos.
Lánzame tu mejor golpe. Lo veo venir.
- Estas preciosa.
Mi ceja izquierda se levanta automáticamente, restando puntos a tu ataque.
- Y tu borracho - contraataco.
Tu sonrisa, en vez de hacerme ganar puntos, me hace perderlos. Es la sonrisa más bonita que recuerdo en este momento.
Algo anonadada, retrocedo ligeramente. No me vas a engatusar tan fácilmente.
Te acercas lentamente, rozas una mano con una de las mías, y la otra acaricia mi pómulo.
"¡¡NO!!" - chilla en mi cabeza una voz que viene de muy dentro de mí.
Trato de separarme, pero tu mano me retiene y me apega a ti, acercando tanto nuestros cuerpos que casi puedo oír tu corazón...
Y se que tú oyes el mío... que va a cien por hora...
Has ganado este asalto, has conseguido ponerme nerviosa... Veremos quién gana el combate...

1 comentario:

  1. ellos , cuando maduran, tarte o temprano, vuelven arrepentidos, pidiendo perdon, pidiendo volver, excusandose. Nosotras siempre ganamos al fin y al cabo.

    ResponderEliminar