domingo, 5 de junio de 2011

En verso se escribe lo que en prosa se llora...

Bombos resonando en el interior de mi cabeza, con la fuerza y la intensidad de una explosión volcánica, cada vez más rápido, cada vez más profundo, cada vez más fuerte.
Sin darme un segundo de tranquilidad, de silencio, de profunda concentración y reparo espiritual...
El mundo gira y gira sin dejar de parar en ningún momento, cerrando mis salidas, intentando que olvide que existe un mundo ahí fuera.
El viento golpea las ramas de los árboles contra mi ventana, llamándome, gimiendo para que me reuna con ellos en la libertad del exterior.
Pero hoy mi vida transcurre en el interior de mí misma, aislada en una torre de la que no puedo salir pero tampoco quiero intentarlo...
Y simplemente veo como los minutos pasan, transcurren, mutan, para convertirse los unos en los otros.
Y otra vez es un 3...
Y me duele tanto la cabeza por culpa de los bombos... Pero no puedo evitarlo...
Es el empuje de mi corazón lo que produce ese sonido... Y pararlo sería más peligroso que permitir que siguiera...
Y el mundo gira tan deprisa que es casi imposible seguir su ritmo, tan deprisa que marea, que me da ganas de vomitar...
Y mi mente me trae recuerdos de ayer, de cómo me mirabas, de que me di cuenta de que tus ojos volvían a mandar el mismo mensaje de siempre, la misma realidad, por mucho que te empeñes en maquillarla de odio....
Y me asusta pensar a qué nos puede llevar esto.
Porque venimos de allí, y ya hace tiempo que te dejé atrás y no pienso permitir que me vuelvas a estirar hacia ese profundo pozo...
No pienso permitir volver a odiarme por algo de lo que no soy responsable...
Apáñate con tus hormonas, porque sé que de sentimientos careces, y sigue con tu vida, porque nada te permitirá volver a mi lado....
Digamos... un nombre al azar...

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