lunes, 28 de mayo de 2012

Hace muchos días que te fuiste.
¿Demasiados? No lo sé, quizá no suficientes.
Lo que sé es que hace 17 días que vi lo que me habías escrito...
Abro a diario tu blog, esperando... No se qué espero.
Porque a pesar de todo el tiempo que hemos compartido, del tiempo que te he dado para que pensaras y reflexionaras acerca de lo que pasó, de lo que hiciste bien o mal, a pesar de todo, sigues sin verlo.
Dices que no quiero volver.
Eso no es cierto, lamento comentarte.
Yo sigo donde siempre, esperando a que tengas un rato para mí, esperando simplemente que me mandes un whatsapp y me digas: Tere, lo siento. ¿Vamos a dar una vuelta?
No es tan difícil, lo se por experiencia.
He tenido que pedirte perdón cientos de veces por cosas que había hecho y otras que no eran culpa mía, sino tuya y que con el tiempo has aprendido a ver que eran fallo tuyo y que no me correspondía a mi la responsabilidad de solucionarlos.
Confío en que esta vez sea igual...
Pero es cierto lo que dices, han pasado muchos meses.
Muchos meses y muchísimas cosas en mi vida, muchísimas de las cuales necesito compartirlas contigo, porque pesan mucho, mucho más de lo que puedo soportar.
Sin embargo, no estoy sola, no te necesito, no necesito que estés a mi lado para poder seguir adelante.
Hay otras personas que me quieren, que me ayudan y que me apoyan a mi lado, que comparten esa carga conmigo.
No te quiero cerca porque te necesite, te necesito porque te quiero cerca.
Parece lo mismo pero no lo es.
Te quiero cerca, aprendiendo de tus errores, siendo consciente de que somos amigas, hermanas casi, que siempre hemos estado ahí la una para la otra, con nuestros más y nuestros menos...
Y ahora es uno de nuestros menos.
Pero se que pasará y yo he aprendido a ser paciente...
Llegará el día que nos veamos por la calle, nos saludemos como si nada hubiera pasado y nos volvamos a encontrar...
No hace falta que verbalices un "Perdón", o un "Lo siento, estuvo mal", sólo tienes que demostrar que lo sientes, que realmente estás arrepentida de lo que hiciste...
Pero dices no saber lo que hiciste...
Si la historia fuera al revés, me harías estrujarme los sesos hasta dar con la raíz del problema, pero yo no soy así.
Nada me dolió más que la mentira, cielo.
Nada.
Porque eres una de las pocas personas a las que puedo contar toda la verdad, sin disfrazarla ni maquillarla, sin darle dobles fondos y dobladeces...
Una de las pocas personas de las que puedo fiarme al cien por cien... Y si me mientes, ya no puedo fiarme de tu palabra.
Porque podíamos mentir al mundo entero, podíamos dibujar nuestro entorno cuanto quisieramos, inventar historias y contarlas luego...
Pero nunca entre nosotras.
Entre nosotras, siempre la verdad.
Porque es la cuerda que une las amistades.
Y realmente me dolió ver que nuestra amistad no era tan sólida como ambas creíamos...
Porque probablemente si hubiera sido la mitad de fuerte, habrías venido a mi casa al día siguiente y habríamos llorado juntas, o al menos habría llorado en tu hombro, y no agarrada al teléfono de la forma más patética del mundo...
Y aunque no lo parece, esto no es un ajuste de cuentas.
No es tampoco un enfado.
Esto es una mano tendida, para que vuelvas.
Si no la tomas será porque nuestros caminos se han alejado tanto que nuestras manos ya no se tocan por mucho que nos estiremos hacia la otra...
Pero no te preocupes, pequeña, la vida nos ha separado otras veces, y siempre hemos logrado volver a encontrarnos...
Porque nos queremos, y eso es más fuerte que cualquier otra cosa...
Salvo quizás, el orgullo...
Hasta cuando quieras...
Fdo: Tere

No hay comentarios:

Publicar un comentario