jueves, 23 de septiembre de 2010

Tic Tac, tic, tac, tic, tac, tic, tac...
Sin parar, sin parar.
Mundo que gira y gira, como si fuera un tiovivo que nunca se cansa, que nunca para.
Acuerdos cambiados, mutados para hacer que yo tenga que cambiar mi parte mala y tu puedas mantener tu tiranía.
Tic, tac, tic, tac, tic, tac...
Páginas que se pasan, frases que se escurren, palabras que se deslizan, letras unidas unas a otras en una gigantesca danza compleja y aleatoria, que de tan difícil que es, se torna fácil para nosotros.
Tic, tac, tic, tac, tic, tac...
¿Para qué decir gracias cuando puedes morder a aquel que te ayuda?
¿Para qué ser agradecido?
Y una vez lo has echo, ¿para qué pedir una cosa si puedes obligar al otro a hacerla, o hacerle ver que el problema es él si no lo hace?
Tic, tac, tic, tac, tic, tac...
Pero el mundo gira, gira, sin descanso, y ahí está el fallo en tu ecuación.
Has olvidado lo malo de dar vueltas en círculos, que siempre vuelves al punto de partida...
No creces, no mejoras, no evolucionas...
Y siento decirte que la Naturaleza elimina a todo aquel que no evoluciona...
Tic, tac, tic, tac, tic, tac...
Ahora el tiempo corre en tu contra.
Tratas de huir, pero... ¿cómo huir de algo que es tan poderoso como la Naturaleza?
Ah, no, no cuentes con mi ayuda para ello...

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