martes, 10 de febrero de 2009

Como todo... empecemos por el principio...

Todas las cosas (buenas, malas, regulares...) tienen dos puntos en común: todas tienen un principio y un desarrollo. Algunas incluso pueden compartir otra cosa en común: un final.
Pero hablar del final de este blog en la primera entrada sería algo digno de censurar... Al menos habría que darle la oportunidad de intentar desarrollarse... Todas las cosas tienen derecho a ello... A que al menos se confíe en que puede existir, ser una vía de escape de los pensamientos de una chica de dieciocho años con demasiadas cosas en las que pensar... Al menos habría que darle el beneficio de la duda... De la esperanza de sacar algo en claro de todo este asunto...
Al menos debería servir para hacer reflexionar sino a quien lo lea (cosa bastante difícil y que no estoy segura de llegar a lograr) al menos a la propia autora que se obligue a llevar algo al día... A ser constante con algo...
El título es una de las frases que me suelta mi padre cuando intento colarle la típica excusa de: "no se por qué me han cargado papa..."
Nunca he dicho que sea una gran escritora. Escribo lo que me sale del alma, lo primero que me pasa por la cabeza que, generalmente, es lo que llevo pensando un rato, por lo que soy capaz de expresarme mejor.
Un buen ejemplo de ello es el tema de hoy: un simple enamoramiento.
La mirada que le lanzas cada vez que le ves, los gestos, las palabras, las conversaciones sobre temas insustanciales. Y tus posteriores repasos a estas conversaciones en busca de pequeños rasgos de cariño. Suena patético, lo se, pero no puedo evitarlo. Me gustaría tanto que saliera bien...
Con el tiempo no eres capaz de esconderlo, otras personas se dan cuenta de que estas cambiando pequeños detalles, que tienes la mirada perdida en clase, que demasiadas veces suspiras como anhelando algo...
Y comienzan las preguntas inquisidoras, los sonrojos, los intentos de evasión y las peleas en broma con aquellos que han sido lo suficientemente avispados para ver la realidad.
Al final se lo cuentas a esa personita especial que siempre te ha escuchado, esa persona que puedes decir que es tu mejor amiga. Se lo cuentas todo y ves reflejada en su cara muchas cosas. Por una parte, ves una expresión de :" Ya sabía yo que algo pasaba..."; por otra, la de "Qué bien!!" y por otra, la de " Qué fuerteee!! De ése??" acompañado de una gigantesca sonrisa y una risita tonta.
Te sonrojas y piensas:" En qué mala hora se me ha ocurrido decírselo... " aunque realmente necesitabas contárselo a alguien y ella es la persona más indicada para entender lo que sientes. Entonces ella sonríe y te abraza diciendo:" No se lo voy a contar a nadie, palabra". Tú ya lo sabías pero le contestas con un gracias apagado. A partir de ese momento sigues estando emparrada, pero esa personilla se dedica a sacarte de tu empane para devolverte a la vida real, a los conectores, els díctics, y las constantes de equilibrios... Realmente lo necesitas... Todo tu entorno no deja de repetirte lo cerca que están las PAU, lo mucho que te juegas y todas las oportunidades que aún tienes...
Y les haces caso, porque sabes que él también está en las mismas, que también tiene que estudiar, que estirar de su presente de camino a un futuro aún incierto. Sabes que siempre habrá tiempo para seguir intentando que él sienta lo mismo por ti y guardas en tu corazón esta esperanza.
Y pasan los días, uno tras otro, entre ensoñaciones, clases, amigos, estudios, examenes, Biología, Tono y sus malditas diapositivas que se equivocan, sin contar con las explicaciones extrañas de para qué sirven tal o cual orgánulo... siempre y cuando se dé cuenta de que estás en la puerta esperando a que te abra...

FIN DEL PRIMER CAPÍTULO

1 comentario:

  1. muy buena entrada!
    espero que sigas escribiendo xikilla!!
    me voy a momir que mñn va a ser divertido...(ironia)

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