martes, 3 de marzo de 2009

Vista al pasado...

Con sólo pensar en ti,
un solo momento,
una parte de mí recuerda con tormento
los besos que te di.
Recuerdo cada paso,
cada sonrisa,
cada abrazo,
cada una de tus pesquisas,
cada uno de tus retazos.
Me siento desfallecer.
Siento cómo te echa de menos cada fibra de mi ser
pero también sé que si volvemos a juntas estar
comenzaré a echarte de más.
Cada una de tus manías se clavarán en mi piel,
tatuando a fuego en cada centímetro de mí
algo que no quiero creer.
Cada milésima de segundo que pase a tu lado
será un yugo, una carga, un sinsabor
provocado por la desazón de ver que no cambias,
no mejoras, no aprendes ni razonas,
no escuchas, no comprendes, utilizas a la gente.
Me dicen que eres una etapa.
Y sin embargo a mí me duele el alma.
Los 21 gramos más pesados de mí misma
y los que menos entiendo.
Hoy he estado con esa chica,
sí, esa chica que tú y yo conocemos,
esa chica tan bonica que sé que se ganará el cielo
y le he contado a ella todo lo que a ti te habría contado.
Me gustaría que lo supieras.
Pero no te he llamado.
Al principio dije que no lo haría, ahora que no creo, más tarde que tal vez debería hacerlo...
Al final todo acaba, como siempre, sucediendo.
Todo acaba como Él siempre había presupuesto.
Al final sólo se puede continuar creciendo.
Mejorando día a día hasta ver que has conseguido
lo que muchos otros consiguieron: ser tú mismo sin tener que echar de menos aquello que ya viviste y a aquellos que contigo lo vivieron.


"Para qué empeñarse en disimular, si sabes que el bar ahí siempre va a estar, para verte bien, para verte mal, para verte doble... Para qué empeñarse en ser algo más si mañana no me voy a acordar del dulce sabor de nuestro sudor ni tú de mi nombre... "

No hay comentarios:

Publicar un comentario